Ya sabéis que yo no tiro nada, e utilizo cualquier cosa para reciclarla; esta vez, ha sido una pata torneada de una cama vieja. En este caso la he convertido en una bonita libélula que puedes colocar en cualquier pared de tu casa o tu jardín. La azul, en concreto, tiene un tamaño bastante considerable unos 50 cm, pero la puedes hacer del tamaño que quieras, más pequeña como, por ejemplo, la amarilla. Las más grandes quedan muy bien en un jardín.
Hasta la próxima entrada.
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